Buena y fría mañana de febrero, salimos de casa con -8 grados en Madrid, y temblando por el nombre del pueblo al que íbamos a correr.
Al llegar el termómetro del coche marca unos esperanzadores 2 grados sobre cero, pero con un aire que hace que baje la sensación térmica y da la sensación de ser peores que los -8 de Madrid.
Voy a buscar el dorsal y después de una media hora lo tengo en mis manos, corriendo a montar la bici y a prepararme aunque con menos ganas que nunca debido al frío, nos dicen que salimos a las 11 cuando en principio estaba previsto salir a las 11:30, empiezo a mover las piernas un poco ya que calentar con esta temperatura es complicado. Por las pocas ganas que tengo de sufrir decido salir la primera vuelta con la chaqueta por si me arrepiento y me rajo en la primera vuelta.
Tardan en colocar las parrillas unos 20 minutos en los cuales nos quedamos congeladitos, parecíamos pingüinos en la carretera. Nos dan la salida y como era compresible el pulso por los suelos me cuesta mucho subirlo, por muchas causas lógicas, el frío, el cansancio del día anterior (3 horas y cuarto de ruta 56 km.) y no haber dormido todo lo que debería.
Poco a poco me voy animando en la primera vuelta y al llegar a meta me quito la chaqueta, que liberación, menudo calor estaba pasando ya, hasta ese momento iba con mucha cautela porque no conocía el circuito, pero a partir de aquí ya con las piernas calientes y el corazón a tope (o todo lo que daba) tocaba terminar la carrera con muchas más ganas que al principio. Después de parar en meta apunto estoy de enganchar con dos Master 40 que me habían pasado justo antes del paso por está.
La segunda vuelta se me hace cortísima, me encuentro muy cómodo y en un circuito que me gusta mucho, con ese punto técnico y divertido.
Ya en la tercera vuelta consigo enganchar a uno de los Master30 de Navaluenga, creo que era Juan Antonio Jimenez, el cual me dice que va un poco justo y que le apetece ver quien va primero, buena táctica esta jejeje. Al empezar una de las subidas me adelanta J.P. Trujillo, va como un avión a por la victoria en elite, yo sigo mi carrera cojo a un junior e intento que se ponga a rueda pero también va muy castigado, sigo a mi ritmo, bajo bastante concentrado esta última vuelta para no caerme, y al paso de la última calleja miro hacia atrás porque escucho que viene alguien y no quiero perjudicar la clasificación de nadie ya que yo lo tengo todo echo ya, y me voy al suelo incomprensiblemente, me pasan el junior y Juan Antonio Jimenez, todo bien, un raspón y poco más, en pie para terminar la carrera, con mucha satisfacción por las sensaciones y esperando las clasificaciones por curiosidad.
Circuito super divertido que espero podamos repetir el año que viene.
La próxima ya veremos cual jejeje.
Gracias a Nieves por las fotos que nos realiza a todos me forma desinteresada.
